27/7/11

I GO BACK TO...



Comenzar por el principio una historia a veces no resulta y comenzar por el final, bueno, el final es el mismo siempre para todos, lo que importa es cómo lo hagas. Flash back (4.5.2007), ése día en concreto estaba camino al centro comercial, me había hecho la rata de las últimas dos horas de clase, estoy seguro que no las hubiera podido soportar. Ya había cruzado la calle que separa la facu de las cervezas, ya me había tomado una y ya estaba aburrido. Así que iba a ir al centro comercial. La idea era vitriniar en la tienda de pelis. En el cinezone, la chica que atendía siempre era amable conmigo, mientras atendía a otro tío, ella, se daba el tiempo de hablar con uno y preguntarte sobre la última peli que habías comprado. No recuerdo si ese día estaba lloviendo, a veces no recuerdo esas cosas, pero el día sí que estaba gris. Bajé una cuadra más y me encontré con una tienda nueva, era una tienda de discos y pelis. Pensé que en el cinezone de todos modos no compraría una peli, o no tendrían algo que realmente me interese, y que si la idea era vitriniar, y estaba cerca de algo nuevo, tenía que verlo. El lugar era demasiado pequeño y frío y tenía demasiada música electro y una pared entera de compilaciones completas de reaves. La gente que se embala con esa música siempre quiere sentirse bien, en serio, me lo han dicho. El tipo de la tienda estaba tras una vitrina, tenía una revista de tipos fuertes abierta de par en par, cuando notó que me había demorado saltó de la vitrina y se me acercó, seguro a preguntar si podía ayudarme en algo. Antes de que me dirigiera la palabra le dije que si necesitaba ayuda, seguro se la pedía. El tipo sonrió y regresó a su revista de tipos duros. Le pase una revisada a la primera pared, en la segunda encontré un disco que en la portada aparecía una tipa con las manos en la cintura, melena rubia corta y un retador vestido negro. La tipa estaba realmente guapa. Tomé el disco. Otro tipo entró al local, no le vi la cara, preguntó por algo nuevo y diferente. El tipo de la revista puso un disco, se dio tiempo de escoger una canción. Yo me quede en pausa y para atrás en el primer tono. No sabía lo que estaba escuchando, pero sabía que no era broma, que aquí nadie estaba fingiendo. El tipo que quería algo diferente no terminó de escuchar la canción y se largó de ahí más rápido que el diablo, quizá le incomodó la revista de los tipos duros. Yo me quedé con la frente contra la pared de los reaves. El tipo dijo algo que no entendí. Volteé, debí tener la cara en blanco, o algo así. El tipo preguntó si estaba bien. Lo estaba, realmente lo estaba. Me pare frente al tipo y le pregunté que había sido eso. El tipo se quedó callado y me puso los ojos encima. Me sentí como si hubiese hecho una pregunta estúpida y ofensiva y como respuesta no podía tener ese disco, porque no lo merecía y estaba impedido a hacerlo. El tipo de la revista dijo Amy Winehouse. Yo, solo pude decir, me lo llevo. Pagué, salí de ahí y corrí a casa como un loco con el disco en la mano.


24/7/11

Solo tuve suerte.jpg


Nikki no durmió esa noche. Frank, estas despierto? Vamos, quiero caminar. Eran las cinco de la mañana. Nikki se hizo algo en el cabello y yo bajé a su refrigerador, tome agua, abundante agua. Lave mi boca y me colgué de la ducha. Nikki estaba lista hacia tiempo. Ella pegó un alarido. Quiero ver al casco viejo en la hora mágica. Está bien, vete, dije. Vamos, quiero que tomemos café. Caminamos. Bajamos la cuesta, ella caminaba con elegancia y aferrada a mi brazo. Me sentía bien. Cruzamos el parque y ella quiso caminar descalza. Hablo de la naturaleza. Evité que pasáramos cerca de la escuela en la que estudié. Ella tomó café y yo una cerveza. -Deberías dejar de leer mierda, esperamos a alguien, por favor compórtate, dijo. Apareció una de sus amistades. Marie Cécile. Cécile era una francesa realmente bella. Caminamos y hablamos. Nikki dijo, Frank escribe, es escritor. Cécile hablaba un buen español, preguntó si había publicado algo. No, no estoy listo dije. Qué haces ahora. Alistándome para dejar de escribir. Marie Cécile rió. Tenía una sonrisa grande, ojos grandes, cadera grande. Dijo que venía a pasar unos días y viajaría a la sierra centro del país, luego hablo de ciudades. Mientras yo recordaba a kundera y su eterno retorno. Nikki dijo, viajaremos el fin de semana. Marie Cécile me miro. ¿Tu también vas Frank? No, dije. Tengo que escribir. Nicole me clavo sus uñas en el dorso de la mano muy fuerte. Qué rayos haces dije. Caminamos hasta San Francisco y ellas decidieron quedarse a tomar café y fumar. Cécile llevaba puesta una blusa floja y falda. tenía una Nikkon colgando del cuello, la correa le dividía los senos. Pedí prestada la cámara y salí con ella. Caminé, en el centro puedes encontrar una foto fácil en cada esquina. Regresé y Nikki se colgó de mí -En dónde has estado cariño. Metió su lengua en mi boca y yo hice lo mismo. Entregué la cámara y Cécile preguntó si había tomado algo. Solo una. La francesa dijo es muy buena, Frank eres un artista. Nikki me abrazo y volvió a besarme, mientras yo pensaba: solo tuve suerte.

22/7/11

BraFly, Bukowski, BarFly



Me gustan las pelis que te las puedes repetir, por lo general no voy al cine, no sé que me gusta menos el cine o la gente que ve muchas pelis. El cine es un lugar que marea, toda la sala se mueve y la gente que ve muchas pelis huele a falso, podría jurar que se la pasan haciendo performances con la gente que tienen cerca, en serio. Hoy me quedé en casa y me repetí una de mis favoritas, podría verla mil veces en un día y no me hartaría, como con las piernas de la chica más guapa del bar, juro que la vería por horas y sin apuros. “I don’t ever wanna fall in love. Don’t worry, nobody has ever love me yet”.  Pero esa es otra  cosa de la que no quiero hablar.


A barfly la busqué por todos lados, en centros comerciales, con los panas que ven demasiado cine y con los que saben disfrutarlo también. Nadie se la había visto. En principio yo mismo no sabía de ella, todo fue azar. Estaba echándole una revisada a la filmografía de Mickey Rourke, es a uno de los actores que no lo es tanto, es decir es más humano que actor, no sé cómo explicarlo mejor ahora mismo. Rourke tiene a su haber varias, Sin City, The Informers, Love in Paris, The Wrestler, casi no te lo tragas. En esa lista de al menos unas treinta movies estaba el borracho 1986, debo decir que el nombre me gano, demasiado decidor pensé. Así fue que me halle con un tesoro entre las manos, BarFly, el nombre real de la pelí y con su guionista, el viejo Charls Bukobsky. Cuando la conseguí me sentí demasiado feliz, me salí con la mía, solo eso, ja.


BarFly es una peli que no tiene mayor guión, porque está lleno de los poemas de Buko y dos o tres oraciones más, que están donde deben, la peli no pide mayor cosa de parte de uno porque Henry Chinansky (Rourke) lo hace todo, vive la vida del borracho, vive su vida. Para vivir una se hace falta más que pretender ser alguien, eso lo tengo claro. La peli es la de Charles Bukowski, claro que no hay nada de cuando trabajó en los correos pero es una biografía de él. 


  

20/7/11

David Byrne, “Ciudades, bicicletas y el futuro de la movilidad”



Andar en bici no siempre a sido lo mío, caminar es más mi opción pero me van bien algunos tipos que andan en ciclas, tienen por decirlo así un aire de estar flotando sobre la ciudad. Lo cierto es que andar en una cicla le permite a uno, si se lo permite, tener una visión diferente de la ciudad en la que vive, incluso romper el mapa mental que se tiene de ella. Este jueves 21 de julio a las 19h00 David Byrne, cofundador de la banda Talking Heads, artista plástico de prestigio mundial y bici-activista, estará en Quito en el Centro de Arte Contemporáneo participando de la charla llamada “Ciudades, bicicletas y el futuro de la movilidad” El foro tiene por finalidad promover el debate y la reflexión en torno al tema de movilidad y necesidad de tomar decisiones e involucrar a la ciudadanía en la construcción de ciudades que ofrezcan a sus ciudadanos transporte sustentable y equitativo y por qué no, que brinden otra opción de disfrutar de ella. Utópico, difícil, las compañías de autos están bien preparadas para dar pelea y en Ecuador subir a un bus es sinónimo de menos o poca clase, hay gente así, es cierto. El foro será también una oportunidad para que Bryne haga la presentación de su libro Diarios de bicicleta. Desde hace treinta años Byrne se mueve por Nueva York en su bicicleta. Y cuando viaja por el mundo para dar un concierto, grabar un disco o montar una instalación, añade a su equipaje una bicicleta portátil. Y siempre procura tener tiempo para perderse pedaleando por cada ciudad. Ya se habrá dado su vuelta por Quito, seguro. Diarios de bicicleta Un libro que promete estar cargado de su personal visión acerca de una serie de ciudades vividas sin motor.


Justo delante de un teatro del centro de Manhattan, un hombre pasa por mi lado en una bicicleta: una de esas lowriders de sillín bajo y manillar alto. Es un hombre mayor, de apariencia normal, excepto por un loro monstruosamente grande que lleva sujeto delante de la bici. Sigo pedaleando y pocos minutos después otra ciclista con loro pasa junto a mí. Esta vez se trata de una mujer de calzado práctico y pinta de leer a Jane Austen. Va en una 
bici normal, pero también lleva un loro (más pequeño) sujeto detrás… No puedo oír qué música lleva. En la entrada del restaurante paquistaní de mi barrio, en el revistero junto a la barra, hay una revista llamada: InvAsian: A Journal for the Culturally Ambivalent. 
¿Qué tienen ciertas ciudades y sitios, que promueven actitudes específicas? ¿Son solo imaginaciones mías? ¿Conforma la infraestructura urbana la vida, el trabajo y la sensibilidad de sus habitantes? Sospecho que bastante. Mucho, me temo. Todo este discurso acerca de carriles bici, edificios feos y densidad de la población no reflexiona solo sobre estas cosas, sino también sobre en qué clase de gente nos convierten esos lugares.

13/7/11

Leo Maslíah, dos al pito papa

Hace par días recordé que prefiero evitar situaciones incómodas, bueno, no recordé precisamente eso. Recordé que la última vez que pude evitar una de esas conversaciones que van por mal camino, que no quieres escuchar, rompí lo que se llama buena onda, rompí, también, mi papel de interlocutor y también el monólogo de esta persona. ¿Sabes qué? ¿Qué?  Escuché recién, un tipo que te hace reír. Eso no es sorpresa de nada, me dijo esta persona tratando de regresar al hilo de una conversación en la que yo para nada iba a quedar bien parado. Está acá mismo ahora, lo quieres escuchar y le di play al aparato sin darle oportunidad a que se reponga.


Me cuesta hablar de estas cosas, no importa ahora de qué estaba hablando con esa persona. Creo que en todo individuo coexisten dos concepciones del mundo, la que sale de su boca y la que está implícita en sus actos y como no quise poner en riesgo mi consecuencia con esa persona, ni conmigo mismo, mejor dejarlo así.


Escuchamos a Leo Maslíah, una de sus canciones. No sé si funcionó o no lo de poner a Maslíah en la mitad de una conversación intenso-afectiva. No la vi más a esa persona. Lo que hice después de eso fue buscar más de Maslíah. Es uruguayo, y creo que por eso escribió "Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos", por el  título le tengo ganas al libro, no lo pude conseguir acá.  Leo Maslíah le mete mano a lo que puede, ja, el tipo va desde el piano, el jazz, actuación, autor de teatro, de cuentos que en sus conciertos derivan en monólogos, novelas y música, tiene incluso, una ópera. El tiempo es un maní para él, vaya.


Hoy me bajé dos al pito, de una y de eso es lo que va esto. Mentirillas y el lado oculto de la pelvis son dos novelas cortas, de las varias que tiene Maslíah. Qué tengo que decir de ellas y de Maslíah. ¿Escribe como canta o canta como escribe? No sé,  pero ambas tienen un ritmo de continuidad eterna que involucra mentir, oraciones con segunda, ambigüedades subidas de tono,  gente que está muerta porque la mataron en el capítulo anterior  pero que sigue de pie haciendo cagadas y el autor aclaraciones en honor a la verdad.  

“Quien no esté de acuerdo con él que deje de leer, o que meta su nariz en los libros de los demás autores, donde los personajes aparecen con distintos nombres, con distintas descripciones y distintas ocupaciones, pero en el fondo son los mismos. Además, ésta no es una novela de ciencia ficción, sino el sagrado testimonio de una vida humana real. Y si ese testimonio resulta ser perfectible y adolece de ciertas inexactitudes, ello se debe a que quien a usted lo entrega, lectora o lector, también es un ser humano que como tal no está dotado de la facultad de no equivocarse.)”

Maslíah es Lidiar con que te mientan en la cara y con una serie de aclaraciones y desmentidas puestas en papel, al final, si se llega al final del texto de este pesado, ja, es uno quien le da un porcentaje de credibilidad al autor. “Aún dentro de la ficción existe la mentira”. Porque a todo esto, Maslíah es un humorista con gran cantidad de "observaciones"  que producen la más bestial y primaria explosión de hilaridad. Como un chiste cruel en cada párrafo.

¿Todo divertido? Un poco, sí. Pero con un nada involuntario uso de los absurdos del lenguaje que se te pasan por las orejas casi a diario. No sé si esto sea una crítica al mismo lenguaje. Eso se lo dejo al  editor de literario de ediciones flor. 

“…es una novela de porquería, llena de palabras groseras y situaciones subidas de tono, sin la menor coherencia argumental. Maslíah se cree gracioso. Bueno, un poco gracioso es, seguro (cuando la vieja esa está de testigo en el juicio la verdad que me dio risa). También es bastante hábil para imaginar situaciones disparatadas.” 

Otra de las cosas que están más que claras es la crítica frontal que hace Maslíah y nace de una respuesta a la pregunta común entre lectores y gente que dice escribir todo el día. ¿Un autor debe tener claro sus personajes para que lo que estos digan sea verdad? En lo personal, no quiero responder a eso ¿Una novela está mejor concebida cuando tiene un fin en sí misma y se va librando del yugo que supone que los lectores traten de interpretar lo que el autor "ha querido decir", o lo que piensa? Eso es un ensayo, creo. En la novela o en el cuento dejar lo que uno piensa tiene otro precio.

Apagón.

                                                                                                                                                 
La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia sí me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente. Sin embargo, la indiferencia me preocupa muchísimo. La considera una actitud vergonzosa. Aunque la vergüenza no me preocupa. Antes si, me preocupaba. Pero a mí me da lo mismo el antes y el después; mi vida no es un desarrollo tendiente a nada. Por eso la nada no me quita el sueño. El sueño, en cambio, es algo que sí me interesa. A veces me quedo toda la noche despierto, pensando en eso. No llego a ninguna conclusión, pero las conclusiones me exasperan. Prefiero los puntos de partida. No por las partidas; por los puntos. Siempre trato de acumular puntos. No por los puntos en sí; es por la acumulación. La acumulación entendida por una cosa sola, no como un cúmulo de otras. Los cúmulos, yo, si pudiera, los disgregaría. Las cosas tienen que ir separadas; no juntas. Juntas forman otras cosas, y eso trae complicaciones. Aunque yo a las complicaciones no les tengo miedo. Lo que me asusta es lo simple. Lo simple no se sabe de donde sale; ahí es donde está el misterio. Aunque los misterios, por suerte, no me interesan. Me interesa la suerte. Qué desgracia. Porque la suerte siempre es escasa. Y si dijera que no me preocupa la escasez, mentiría. Pero mentir no me preocupa. A mí me preocupa la verdad. Cuando miento no tengo problema; puedo decir cualquier cosa. Aunque sea verdad, no importa, porque la digo de mentira. Pero cuando hablo con la verdad, tengo que andar con más cuidado. Por las dudas, en esos casos digo lo menos posible. Y después me desdigo, así cubro dos posibilidades. Pero no es que me quiera cubrir. Yo hago todo a la intemperie. Y si no hay luna, mejor. A mí me gusta la oscuridad. La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia sí me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente.