27/4/11

Del Libro del mal amor (ser y hacer por amur)



A principio de mes o cuando me he quedado sin provisiones, selecciono un par de libros a los que prometo  dedicarles  tiempo, sacarlos a pasear e invitarles un café o una cerveza. El libro del mal amor llegó de la mano de uno de mis amigos con el que últimamente hablar de sus relaciones personales y en especial de sus des-amores  y todas sus variables me dejaba  empachado de mala onda.  Andrés se había gastado todos sus créditos hablando de sus ex y la relación psíquica afectiva que todas tenían con la chica que ahora no le daba bola.  Cuando  dijo tienes que leer esto porque va de lo tuyo, dude. Pensé en decirle no, estoy leyendo a Ciorán o Emile para algunos de mis ex compañeros de la U, o poner una escusa similar, como que en este momento estoy sobre alguna otra profundidad que me roba el tiempo, lo cierto es que nadie te roba el tiempo, lo pierdes. Responder que nunca siempre no, también era opción pero  preferí  olvidar el empacho y callar. Luego de dos semanas en  un rincón del dormitorio el libro había cogido polvo pero no hambre. Pensar que Iwasaki no tenía la culpa de mis empachos y tener acumulado los qué tal el libro de mi amigo sin créditos me hicieron llevarlo en la mochila y sacarlo a dar una vuelta. La vida de todos, de cada tipo en este planeta tiene una historia sobre una mujer inaccesible. Puedo contar varias ahora mismo y puedo recordar cada detalle de cómo yo la rompí como nadie con ellas en los márgenes de menos 1, 2, 3, 10. Ja! 


El libro del mal amor es un conjunto de cuentos-novelados como lo llama el autor, que reúne historias de un tipo que su único error es amar con la cabeza o en la cabeza. Diez historias sacadas de su ridiculum vitae, diez  ideales de mujer contempladas por un solo tipo que a pulso pretende ser el ideal de cada una de ellas. Hay tipos que ven en escribir  de sus ex amores el método ideal para exorcizar  demonios, mala suerte y mujeres que dicen te quiero pero bien (solo como amigo) y así asegurarse  que los amores futuros no terminen en desilusión. Tomarlo así puede ser la respuesta más humana pero no siempre la mejor, por mi parte la he jodido mil veces y quizá unas cuantas más. Iwasaki, se la juega así  y narra las historias de sus pérdidas en el arte del amur (así suena mejor) en un tiempo específico 70-80 para lo que se hace de la ayuda del humor y la comicidad; creo que poder contarlo así llega solo después, de que te dolió tanto que tuviste que pensártela, salir de ahí y aceptar que por una tipa no puedes ser ni deportista, o   patinador, o experto en ballet clásico, o estudiar la biblia para predicador y luego aceptar el judaísmo como religión y hasta ser dirigente político universitario de izquierda, esto en lo personal me recordó que jamás seré un revolucionario y que las chicas de la U y los profesores hacen estupendas parejas, que una mujer se hace inalcanzable cuando la pasas el tiempo fantaseando en una vida inverosímil junto a ella y que intentar ser el ideal para todas es una solemne cojudez.

19/4/11

El power de la música




Es mitad de domingo y de fin de semana también. Le he estado dando vueltas a una idea desde hace días y es hora de despacharla porque temo que se quede en mi cabeza para siempre. Busco algo que me saque. Camino por todo el dormitorio tratando de cambiar esa idea por otra. Como lo fabuloso que sería ganar dinero haciendo lo que me gusta; viendo pelis, leyendo, escuchando música y escribiendo. Sonrío y me deshago de todo, tomo asiento y doy con algo que me roba la mirada, que me apetece ver, es el cartel de la peli The Boat that Rocked, desde hace un tiempo el gusto por las pelis subió a ocupar uno de los primeros lugares de mi lista; de primera pensé que era la caja de un vinilo, la recopilación de música rock de una era que yo no viví, pero eso no importa. Después del play, nada importa, una voz en off pregunta, ¿está ya lo bastante cómodo? entonces empezaré. Ja. La peli comienza por meterte en ella desde un principio. Es 1966, la mejor era para el Rock&Roll Británico. Sin embargo, la BBC radio, solo transmite 45 minutos de pop al día. Son las 10 de la noche y la radio se encendió y así de fácil estoy en la cabina de “radio rock” con uno de sus pincha discos, el maduro Philip Seymour Hoffman, ganador del oscar por Capote, (acá, El conde), y en el toca discos, all day and all of the night de los kinks. Simplemente genial!!! A rockanrollear, porque nos gusta el Rock!! Hoffman sabe hacerlo, sabe poner música y entiende que para eso se necesita algo más que buena onda. Un tipo que maneja el triángulo del poder es como una especie de guía espiritual para los demás. Rhys Ifans en el papel Gavin, cacha el power de la música y la usa para hacerte sentir de maravilla. 



La historia The Boat That Rocked te entra primero por los ojos, por la gente que vez ahí, por el casting, por cómo lo hacen. Es un grupo de tipos que en su mayoría saben lo que les gusta, viven la música y disfrutan de lo que hacen. El sound track de la peli, es otro rollo, música de los Who, Hendrix, Ream, Box tops, Lorraine Ellison, Kinks, David Bowie, Turtles y un Bonus track mas, lo que escuchas de ellos. La peli no tiene una historia central, porque cada pincha discos tiene su pegue y como en música, en la vida y como en todo arte la forma de hacerlo y sentirlo es individual, cada uno saca su pegue, si quiere. Del director, Richard Curtis, tres líneas porque solo eso puedo hacer, la peli dura como dos horas, pero me las rolé hasta el final de los créditos. 



16/4/11

La novia de Carlitos



Son las seis de la mañana y necesito un cigarrillo, la noche pasó lenta, demasiado lenta, siento que algo vuela en el aire frío del dormitorio y que desde hace horas no encuentra pista. Llamo a Liset, qué quieres, para qué llamas. Le digo que quiero verla. Hay un problema, tengo novio y no puedo estar a solas contigo. Sonrío, pienso que es algo, le digo que desperté y pensé en Carlos y en lo que se siente bajarle la novia a un cristiano. Ella resopla, no aguanta la risa, sigues siendo excelente; cerca de la oficina hay un restaurante de comida francesa, elige una mesa y espera paciente a que llegue. Cierro sin despedirme, Liset es más cristiana que su novio. Es abogada por eso ha desarrollado una elegante forma de conseguir lo que quiere. Liset usa la palabra puto y cariño con marcadas diferencias. A mí me las dijo juntas y así nos conocimos. 


Es medio día, estoy esperando frente a una mesa excesivamente vestida que está cerca a la ventana contraria de la calle principal. El lugar es de esos demasiado caros en los que a cambio de una cantidad de dinero puedes hacer lo que quieras, enciendo un cigarro y fumo seguro de que puedo hacerlo. Liset no demora en llegar, alzo la mano con el cigarro encendido e intento llamar su atención. Camina en dirección a mí, ella sabe usar sus piernas. La saludo acariciándole el cabello, lo lleva recogido con una coleta alta que cae hasta su espalda media. Liset sonríe, estás muy guapo y llevas corbata y esa camisa es nueva. Me ha descubierto, le digo que me ha dado por estar así. El empleado del lugar sale desde el puesto de las ensaladas trayendo la carta. Pido dos whiskys y una cerveza, brindamos, ella habla de su trabajo. Pregunta por mi trabajo, siempre la misma pregunta, y ahora a qué te dedicas. Le digo la verdad, que no quiero trabajar, y que se me ha ido todo el dinero en las copas. El empleado regresa, pregunta que voy a comer, miro la carta y hago un gesto ridículo. Liset contesta por mí. Apportez-lui un filet de chair au poivre et à moi m'apporte poulet avec le raisins secs au cognac. El de las ensaladas me mira como si supiera que llevo puesto la corbata de mi viejo. et salade avec assaisonnement de piloncillo et moutarde. Tomo mi cerveza, Liset se a acomoda a su silla, pone los codos en la mesa, le pregunto qué ha sido todo eso. Ella se sonríe y me lo escribe en la servilleta. El de las ensaladas regresa con el pedido, le entierro el cuchillo al filete de 3 cm que tengo enfrente, eso me hace bien. Liset ahora está alejada de la mesa y toma su tenedor con las yemas de los dedos índice-pulgar, se ve bien, qué tal está tu ensalada con aderezo. Ella dice que bien, regreso la mirada al de las ensaladas, Camino en dirección a él y me planto enfrente. Le digo que me sirva un ración de guarnición. El tipo mira mi corbata mientras sirve. Es de mi viejo, la corbata es de mi viejo. El tipo se queda como si lo hubiera encontrado espiando por una ventana. Le digo que sirva más. El de las ensaladas mira a Liset, mira sus piernas y regresa a mi plato. La cucharada es minúscula, le digo que sirva más. El tipo dice algo que no importa y coloca la cuchara lejos de la guarnición y mira a Liset o pienso que lo hace. Liset lleva puesto un grueso cinturón que le aprisiona la cintura y un vestido negro que le cae desde los hombros y devela un par de piernas que iluminarían los ojos a cualquiera. Ella sigue con su ensalada, tomo la cuchara y me sirvo, el de las ensaladas dice algo y termina lo que dice con la palabra señor. Pienso que es un marica, lleno el plato y me le acerco a la cara. No me gusta como miras a Liset, regreso a la mesa. El de las ensaladas sigue haciéndolo, mira a Liset como yo a mí filete. Liset dice demoraste, corto un pedasa de carne, me lo llevo a la boca y me lo paso con abundante cerveza, pienso en el de las ensaladas. Liset me mira a los ojos yo hago lo mismo, liset se acerca a la mesa y me besa. El de las ensaladas desaparece. Le digo a Liset que quiero más guarnición. Ella pregunta si avanzaré con todo. Le digo que se lo pregunte al de las ensaladas, sonríe, dice que tiene que hacer una llamada, se aleja de la mesa. De su bolso saca un aparato y un par de gafas que se las pone antes de llamar a Carlitos. Liset cruza las piernas y empieza un movimiento lento con una de ellas. Despide al cristiano de un beso. Yo no espero que ella diga nada, a dónde mi dulce ángel. El de las ensaladas regresa con la cuenta y un par de caramelos para el aliento, tomo los caramelos y acompaño al tipo hasta la caja. Eh tipo, no me gusta como miras a Liset ¿eres un chulo putas? Señor está confundido. No macho de mierda. Liset me toma del brazo y salimos de ahí con dirección a su apartamento. 


Tomo un trago sentado en su sala, ella pone música. Siéntete como en casa, voy a tomar una ducha y estoy contigo en poco. Me sirvo. El whisky es del caro y no distingo su etiqueta. Tomo dos copas mas y voy al dormitorio de Liset. El whisky es del caro, puedo tomar con confianza. No hay respuesta. Liset deja el agua al poco rato, lleva un par de toallas atadas al cuerpo. El whisky es del caro le he dado a algunas copas solo. Ella me toma de la mano, tienes un cigarro guapo. Se lo doy, ella lo enciende y me lleva de la mano devuelta a la sala. Tomamos unas rondas más. ¿Por qué? Liset acomoda los paños de tela que le cubren la piel, está sentada frente a mí con las piernas cruzadas. ¿Por qué eres así? Podría verte las piernas todo el día mi dulce ángel. Podrías quedarte conmigo, no tengo prisas. Son las siete de la noche y Liset no puede pararse, la llevo a su dormitorio. Ella dice que no puede dormir con las toallas húmedas. Me quito los zapatos y entro a la cama con ella. La abrazo hasta que se queda dormida. Salgo de su departamento con una botella de whisky caro en la mano, el del la puerta pregunta quién soy y yo le doy un bocado de whisky caro, salgo de ahí sin problemas, camino por una avenida larga y vacía preguntándome. Qué estará haciendo Carlitos.